jueves, 13 de diciembre de 2007

Los inicios del tango




En la Gran Aldea, hoy la ciudad de Buenos Aires, afincada prácticamente sobre el puerto, la población buscaba distracción en los circos, donde los antiguos payadores dejaban oír sus improvisaciones con música de milonga criolla.


Los historiadores ubicaban la fecha de creación del tango antes del año 1880. En aquella época, donde todavía no se había inventado el disco, ni el cilindro musical, ni la radio y menos aun la televisión, el único modo de escuchar música era en vivo, en presencia de los ejecutantes.


La mayoría de los inmigrantes, eran varones que venían a estas tierras en busca de mejores horizontes y dejaban en sus países de origen sus hogares constituidos o sus novias.


Así, se hizo evidente la necesidad de crear burdeles, y se trajo para ese trabajo a mujeres francesas, italianas, españolas, polacas y hasta alemanas. La demanda fue superior a la oferta, y se formaban en esos lugares largas filas de hombres que esperaban para satisfacer sus necesidades. Entonces, los dueños de los prostíbulos, para evitar que los clientes se aburrieran y se fueran contrataban músicos-tríos formados por guitarras, violín y flauta.


En una oportunidad, de las filas salieron dos clientes atrapados por lo picaresco de la música y comenzaron a hacer piruetas. Fue tanto el éxito que los músicos tuvieron que repetir el tema ignorando que había nacido el tango. Es muy posible que, en un principio, el baile fuera siempre entre hombres.


Investigación realizada por los alumnos del Taller de Tango a cargo de la Prof Norma Chamorro: Olga Tessari, Angel Alderette, Alyx Hevia.

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