Los alumnos Adultos de la UAM investigan...
Amelia Gómez – Aníbal Sánchez
La danza más asociada a la sensualidad y el erotismo tiene mucho más para ofrecer. Según estudios recientes, bailar tango ofrece una amplia variedad de beneficios en cuerpo y mente.
Si hay una música característica de la región del Río de la Plata, esa es sin duda el Tango. Creada a principios del siglo XX a partir de los ritmos de los primeros africanos llegados a la Argentina y Uruguay, el pegadizo ritmo del 2x4 se popularizó rápidamente y pronto se convirtió en una marca registrada que hoy recorre el mundo.
Elasticidad y elongación: En las milongas es frecuente ver a hombres y mujeres grandes, que bailan todos los fines de semana o incluso todas las noches hasta las cinco de la mañana. Tienen un entrenamiento corporal increíble, como si fueran a correr todos los días.
Investigaciones neurológicas han demostrado que el ritmo produce un aumento de la actividad electroencefalográfica en al área de la corteza motora de una persona.
Desde el punto de vista físico los beneficios son muchos, pero se asocian sobre todo a las extremidades y el buen funcionamiento cardiovascular.
Las piernas de quien baila tango con regularidad están elongadas, elásticas y veloces. Los tobillos y las pantorrillas se tonifican. Los brazos, los hombros y la espalda, adquieren firmeza. Además, se afina la cintura gracias al trabajo de cadera que requiere el baile.
El movimiento redunda en una mejor oxigenación del aparato respiratorio y el consecuente aumento de la capacidad pulmonar. El resultado es una caricia al corazón: todo el sistema cardiovascular entra en un estado de rendimiento intimo.
Quien comienza a bailar tango con cierta regularidad logra una verdadera transformación en su cuerpo, que se ve acompañada por un intenso cambio interno.
Amelia Gómez – Aníbal Sánchez
La danza más asociada a la sensualidad y el erotismo tiene mucho más para ofrecer. Según estudios recientes, bailar tango ofrece una amplia variedad de beneficios en cuerpo y mente.
Si hay una música característica de la región del Río de la Plata, esa es sin duda el Tango. Creada a principios del siglo XX a partir de los ritmos de los primeros africanos llegados a la Argentina y Uruguay, el pegadizo ritmo del 2x4 se popularizó rápidamente y pronto se convirtió en una marca registrada que hoy recorre el mundo.
Elasticidad y elongación: En las milongas es frecuente ver a hombres y mujeres grandes, que bailan todos los fines de semana o incluso todas las noches hasta las cinco de la mañana. Tienen un entrenamiento corporal increíble, como si fueran a correr todos los días.
Investigaciones neurológicas han demostrado que el ritmo produce un aumento de la actividad electroencefalográfica en al área de la corteza motora de una persona.
Desde el punto de vista físico los beneficios son muchos, pero se asocian sobre todo a las extremidades y el buen funcionamiento cardiovascular.
Las piernas de quien baila tango con regularidad están elongadas, elásticas y veloces. Los tobillos y las pantorrillas se tonifican. Los brazos, los hombros y la espalda, adquieren firmeza. Además, se afina la cintura gracias al trabajo de cadera que requiere el baile.
El movimiento redunda en una mejor oxigenación del aparato respiratorio y el consecuente aumento de la capacidad pulmonar. El resultado es una caricia al corazón: todo el sistema cardiovascular entra en un estado de rendimiento intimo.
Quien comienza a bailar tango con cierta regularidad logra una verdadera transformación en su cuerpo, que se ve acompañada por un intenso cambio interno.
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